Rio de Janeiro definitivamente es una ciudad con muchos problemas. Pero sigue siendo la ciudad maravillosa, con una geografía llena de formas sensuales y femeninas.
Leblón, Ipanema, Copacabana, Botafogo, Flamenco, Leme, Lapa, Centro, Santa Teresa... sus barrios y entremedio las favelas. En verdad, el carioca tiene una actitud acogedora tal como lo hace el Cristo con sus brazos abiertos hacia los visitantes que llegan a Rio.
Vale la pena visitar el Jardim Botânico, vislumbrarse con la flora de la "Mata Atlântica" y la "Mata Amazônica", ver las hormigas de gran tamaño y las aves autóctonas. Descubrir que hace unos doscientos años, un tal "Joao II rei do Portugal" planto su palmera real y deleitarse con la tranquilidad del parque Japonés. También dar una vuelta a los 7 km. de la Lagoa Rodrigo Freitas y ver a los cariocas como hacen deporte a torso descubierto.
Recomiendo ir al Show del Vinicius Piano Bar (Rua Vinicius de Moraes 39, Ipanema), donde tuve la fortuna de ver con mi novia a la gran María Creutza. Recorrer el comercio por la Rua Visconde de Pirajá en Ipanema y la Rua Barata Ribeiro en Copacabana y caminar por la Avenida Atlântica y la Avenida Vieira Souto al lado de las playas. El centro de la ciudad, herencia portuguesa e imperial de Pedro II, contemplar la "Igreja da Candelaria" mientras unos camina por la Avenida Presidente Vargas.
A las chicas, intenten un traje de baño de allá en la rua Santa Clara, son económicos y de buena calidad... ahh, por cierto por allá se usa "fio dental". ;)
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